Sopot en la costa báltica de
Polonia, es una ciudad turística, y de lo más animada en verano, ya que multitud
de veraneantes disfrutan aquí de las playas de la población. Ahora en plena
celebración del Europeo de fútbol (foto 1), simplemente estaba a rebosar, ya que
además era sede de la cita deportiva junto a la ciudad de Gdansk que se
encuentra a pocos kilómetros de aquí.
El primer lugar al que se dirige todo el mundo es al espectacular y largo muelle
de madera que se encuentra en el centro de Sopot, no es un muelle cualquiera, es
el muelle de madera más largo de Europa con sus 512 metros de largo que se
introducen en el mar (fotos 2 a
4), sobre él se puede pasear, tomar alo en los restaurantes, o subirse a un
antiguo barco pirata (foto 5), y por supuesto bajarse a la playa que es extraordirariamente ancha alcanzando los 110 metros, y más de 4 kilómetros de
larga (foto 6).
También hay que darse una vuelta por la ciudad que cuenta con varios parques
(foto 7), y muchos edificios del siglo XIX (foto 8), e iglesias (foto 9).
Básicamente hay una calle principal, y allí está lo más importante, también las
tiendas y restaurantes.
Pero la edificación más curiosa que también se encuentra en la calle principal,
es la llamada Crooked House, y no es porque sea antigua, todo lo contrario, es
de un exceso de modernismo que llega a la extravagancia (fotos 10 a 15).
Diseñada por Marcin Szancer y Per Dalhberg, me imagino que inspirados en algún
sueño daliniano crearon esta compleja casa. Para unos parece una casa de
muñecas, otros piensan que se derrite, y hasta algunos la ven con toques
lúgubres y tenebrosos cercanos a una película de horror. La verdad es que sus
creadores solo pretendieron dar alegría y diversión a los que visitaban Sopot, y
el resultado es que merece una visita esta ciudad solo por ver esta casa...