Llegamos a Salt Lake City cuando apenas faltaban 8 meses para el comienzo
de los Juegos Olímpicos de Invierno del 2002, y no os podéis imaginar el descontrol de
ciudad que tenían, todo era provisional o estaba
construcción, carreteras, desvíos, señalizaciones, puentes colgantes, autovías. Lo de la
Barcelona pre-olímpica al lado de esto no fue nada.
Así que decidimos olvidarnos de la ciudad, e ir al lugar que de verdad nos interesaba
conocer: "Point of the mountain", se encuentra a las afueras de Salt Lake City y
dicen que aquí se vuelan 320 días al año, si esta estadística es cierta, os aseguro que
no hay ningún otro lugar en ninguna otra parte del mundo que ni siquiera se le acerque de
lejos.
El caso es que el día en que fuimos era horroroso, negro y amenazaba lluvia, osea nada
prometedor para el vuelo, pero justo antes de llegar nos animó mucho ver un ala delta
volando, y al dar la vuelta a la montaña y ver el despegue con una docena de parapentes
meciéndose suavemente sobre él, pues imaginaros...
En solo 5 minutos estábamos en el despegue, y es que este se encuentra a solo 80 metros del
nivel del lago salado, y en otros 5 minutos Heike estaba volando, y eso que ella no suele
ser la primera en salir, pero este lugar se advierte tan fácil, sencillo, amplio y sin
ningún problema ni obstáculos que no había manera que aterrizara para dejarme el
parapente (solo llevábamos uno para los dos), misteriosamente la radio no le funcionó y el
oído y la vista tampoco, porque me hinché de gritarla y hacerle gestos. Cuando la niña se
cansó de volar hizo un elegante y femenino "top-landing" junto a mí y
sonriendo satisfecha me preguntó: ¿Quieres volar???...