No queríamos dormir en la gran y turística Dubrovnik, preferíamos buscar una pequeña
población costera más tranquila, así que continuamos recorriendo el litoral y
encontramos Slano (foto 1), fue todo un descubrimiento, pensábamos simplemente pasar la
noche, y acabamos quedándonos cuatro días. La razón fue que en la primera casa que
preguntamos (en Croacia no hay que ir a los hoteles para nada, la oferta en casas
particulares es tremenda y sobre todo mucho más económica y familiar), nos ofrecieron
esta tremenda casa rural (foto 1), totalmente equipada a solo 50 metros de la playa con una
bonita terraza para desayunar bajo una parra, y una preciosa y bonita vista de la iglesia y
del pueblo por detrás (foto 2). Así que nos quedamos haciendo una cura de relax, sol y
baño recorriendo las diferentes calitas de la población (foto 4), y bañándonos en su
tranquila bahía bien protegida (foto 5).
Cuando te quedas más de un día en un lugar tienes más tiempo de charlar con sus
gentes, que por supuesto nos hablaban de la guerra, que tienen su recuerdo muy fresco y de
como los serbios les arrebataron por la fuerza todo lo que tenían, aunque aun así estaban
contentos porque respetaron sus casas, de comprarles su fruta fresca, comer tomates recién
arrancados de la mata. También de hablar con otros turistas, muchos eran italianos que
vienen aquí porque los precios en su país son abusivos y tienen que pagar casi por
todo, por bañarse, la sombrilla, etc...