Entre los muchos, muchos
senderos y veredas balizados y marcados para la comodidad de quien los recorra,
nosotros nos decidimos por hacer el llamado "Vereda de la árboles grandes" (foto
1), se encuentra en la parte media del bosque húmedo, y por el mapita de la
entrada parece sencillo, sin el desnivel de por ejemplo los que suben al pico
principal del parque, o la gran longitud de los que rodean la montaña.
Por las indicaciones, parece que en una hora lo podríamos terminar, y como el
sendero incluso está con una capa de asfalto para no resbalar, podemos incluso
llevar a Marco en su carrito con ruedas.
Hay muchos carteles y paneles informativos que nos explican todo lo que vamos
viendo (foto 2), por ejemplo este indicaba que nos encontrábamos frente a un
árbol de "Tabonuco" (foto 3), demasiado grande para que quepa en una sola foto,
dice que es el más abundante en este bosque, que tiene una madera suave y gris,
y que su resina blanca es aromática, que la olamos.... Seguimos con nuestro
recorrido, y leyendo los paneles informativos (foto 4), nos vamos enterando de
más cosas: que hay 160 tipos diferentes de árboles, además de plantas, helechos,
enredaderas, etc...
Pero lo mejor de este recorrido por el bosque húmedo, es ver y oír los sonidos
del bosque, sus plantas, riachuelos y pequeñas cascadas, y así continuamos
avanzando por el camino casi sin darnos cuenta (foto 5), pero como siempre pasa
en estos casos, el buen camino se acaba, y continuar con el carro se hace
difícil, el pobre Marco se agarra como puede en los pasos difíciles, que
afortunadamente no son muchos, por lo que disfrutamos mucho de este tranquilo
paseo (fotos 7 y 8)...