Erice. Trapani. Sicilia. Italia

Mayo 2013

Erice es una de las poblaciones turísticas más visitadas de Sicilia, enclavada en lo alto de una montaña (foto 1), con unas espectaculares vistas (foto 2) que en días despejados alcanzan hasta el Etna e incluso hasta Túnez. Es muy fácil y agradable de visitar, con unos letreros-guía que en todo momento te dicen donde estás y cual es el próximo punto de interés (foto 3).
Es una ciudad medieval amurallada y conserva muchos de los restos de esta y de sus viejas entradas (fotos 4 y 5), también su castillo (foto 6). Parques, jardines y vistas a la lejanía son parte del paseo (fotos 7 a 11). perderse por sus estrechas callejuelas empedradas buscando la plaza central es como meterse en un divertido laberinto (fotos 12 a 13), y a nuestro paso irán saliendo fortalezas (foto 14), grandes iglesias (foto 15), plazas medievales (foto 16), iglesias más pequeñas pero no menos hermosas (foto 17),  casonas con suntuosas fachadas y balcones (foto 18), etc.
Toda la ciudad está levantada sobre ruinas de tiempos pasados, y es que por su privilegiada posición elevada como si fuera un nido de águila a 751 metros de altura era un emplazamiento adecuado tanto para una fortaleza o castillo, como para un templo o lugar de culto: los fenicios a la diosa del amor y la fertilidad "Astarte", los griegos a Afrodita, y los romanos a Venus.
Erice está presente en la mitología griega, primero es mencionada por el escritor romano Virgilio en su Eneida. También el mismísimo "Hércules" tomó la ciudad en su regreso a Grecia. Y también se afirma que aquí fue donde aterrizó Dédalo, el que por envidia mató a su sobrino Perdix por lo que fue expulsado de Atenas y desterrado a una isla y encerrado en una torre con su pequeño hijo Icaro, que como bien sabéis consiguieron escapar volando fabricándose unas alas con plumas y sujetándolas unas a otras con cera. Antes de volar Dédalo advirtió a su joven hijo que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría sus alas, pero el muchacho ascendió y ascendió y cuando el sol ablandó la cera cayó al mar. Dédalo no pudo salvarlo y solo él llegó a salvo a Sicilia aterrizando aquí arriba en Erice...