Sharjah, es el Emirato Árabe más conservador de todos, aquí no hay ni
alcohol, ni juerga, ni restaurantes, ni playa. Aquí se toman es serio
las leyes de orden público, y no se puede pasear con las rodillas, la
espalda o el vientre al descubierto, esto es válido tanto para hombres
como para mujeres. Así pues el turista occidental nada tiene que hacer
por aquí, y simplemente no viene.
A simple vista, esta ciudad-emirato podría parecer como cualquier otra
con sus edificios (foto 1), parques y monumentos (foto 2), mezquitas
(foto 3) y su Palacio de Gobierno (foto 4).
El centro de Sharjah es la laguna artificial de Khalid a cuyas orillas
se puede pasear (foto 5) o alquilar una barca para navegar.
El mayor punto de interés es la llamada "Heritage Area" donde se
encuentran los museos y las casas y fuertes más antiguos totalmente
restaurados (fotos 6 a 8). Es un tanto curioso, ya que como en general
son casas o pequeñas fortalezas se encuentran totalmente reducidas y
minimizadas con los rascacielos entre los que han quedado encerrados,
por lo que no se puede disfrutar de su belleza o antiguo esplendor. En
todos los edificios antiguos se puede entrar, aunque a algunas torres
sean de difícil acceso (foto 9), generalmente todos están convertidos en
casas-museo (fotos 10 a 13) o en tiendas de alfombras o zocos...