Llegamos a Sfax ya de noche, así que después de instalarnos en
un hotel, salgo a dar una pequeña vuelta por la ciudad para tomar unas fotos de
sus murallas que habíamos visto iluminadas al llegar (fotos 1 a 7).
La verdad es que no hay mucha gente caminando por la noche, pero no se siente
inseguridad en ningún momento. Ni siquiera una vez dentro de la medina
amurallada cuando los callejones se estrechan, y la iluminación es más bien
precaria (fotos 8 y 9). Estos son los mismos callejones que uno se imagina que
mañana con la luz del día estarán totalmente abarrotados de mercaderes y
mercancías de todo tipo. Tan solo en las mezquitas se aprecia iluminación y
movimiento (foto 10). En su interior los hombres acuden a sus rezos (fotos 11 y
12)...