Pero aunque dentro de la Rudolfhütte tenemos todas las
comodidades, a lo que se viene aquí es a disfrutar del exterior, o sea
de la nieve y del skí, y es que los skís te los pones ya en la misma
puerta del hotel, y ya estás en las pistas (foto 1). No es un gran
dominio esquiable, es una estación llamémosle familiar, pero es
suficientemente grande para disfrutar (fotos 2 a 12). Hay muchos fuera
pistas, y solo con descender la bajada del telecabina ya te destrozas
por lo larga que es.
Además el hotel ofrece actividades gratuitas diarias que van desde una
jornada de skí de montaña a cualquiera de los 3000 que rodean el
refugio, una excursión con raquetas de nieve, una visita a la estación
metereológica, etc...