El Ayuntamiento Rojo de Berlín, o en alemán "Rotes Rathaus" (foto 1), debe su
nombre simplemente al color rojo de los ladrillos con los que está construido.
Se encuentra en la céntrica plaza de Alexanderplatz, a un lado de la famosa
Torre de la televisión berlinesa que se encuentra en esta plaza, y en él tienen
sus despachos tanto el alcalde de Berlín, como la sede de gobierno del estado
federado de Berlín.
Fue construido entre 1861 y 1869 inspirado en las torres de la Catedral de Laon
en Francia, y severamente dañado durante la Segunda Guerra Mundial por lo que se
reconstruyó casi totalmente en la década de 1950, eso si, de acuerdo a los
planos originales. Al quedar en la parte soviética de Berlín, funcionó como el
Ayuntamiento de Berlín Este, para después de la reunificación alemana, volver a
ser el ayuntamiento de todo Berlín.
Os voy a enseñar por dentro el Ayuntamiento de Rojo Berlín, ya que no es un
lugar que visite normalmente un turista, simplemente porque no está su interior
abierto al público, sólo se puede acceder siendo invitado a un acto de la
alcaldía o del gobierno. Al acto que fuimos nosotros tiene que ver con la
Navidad, y con una buena idea del alcalde para un notable propósito: llevar un
poquito de alegría y felicidad a los niños de los orfanatos y los que pasan
estas fiestas en los hospitales. Se trataba de llevar un regalo para niños al
ayuntamiento, y a cambio podías ir con tus niños al ayuntamiento, y saludar y
darle la mano al alcalde. Pero la verdad es que fue mucho más que eso. Nosotros
llegamos con nuestro regalito, nos hicimos una foto con un pequeño arbolito de
navidad que había a la entrada (foto 2), y fuimos escaleras para arriba (foto
3), alfombras rojas, estatuas, bonita iluminación, casi un palacio (foto 4).
En la entrada del primer salón por el que pasamos, ya nos esteraba Santa, y unos
angelitos ofreciéndonos unas cajitas de chocolates (foto 5), seguíamos pasando
por más salones, viendo enormes cuadros, bonitas decoraciones (foto 6), hasta
llegar a un salón de actos más grande, donde ya había más familias como la
nuestra con sus hijos, y el alcalde nos preparó un "show" con magos e
ilusionistas que encantó a los niños (foto 7), luego pasamos a otra sala, y otra
sorpresa, delegaciones diplomáticas de muchos países, habían traído una
selección de sus mejores productos para que los disfrutáramos, desde tortilla
los españoles hasta el café expreso los italianos, pasando por toda una
selección de dulces navideños (foto 8). Y entre bocado y bocado, chocolates y
turrón seguíamos husmeando la alcaldía, desde los baños hasta una curiosa
exposición de todos los regalos que han recibido los diferentes alcaldes de
Berlín, tanto en sus visitas al extranjero, como cuando han sido aquí recibidos.
Había multitud de ellos, por ejemplo un reloj ruso que le regaló Putin (foto 9),
o un pergamino con trozos de la constitución americana regalo de Clinton (foto
10). Algunos se veían caros como una copa de oro y piedras preciosas regalo de
la Embajadora de Armenia (foto 11), vasijas, juegos de café, monedas, etc.
Vitrinas y vitrinas llenas de regalos (foto 12)...