Una situación privilegiada en el ancho delta del río Warnow
favoreció el desarrollo económico de Rostock desde la edad Media, tanto que para
entonces ya acuñaba su propia moneda. En 1419 se creó la primera Universidad de
los países bálticos, y a la ciudad se la conocía como "el faro del norte". En
nuestros tiempos, con sus instalaciones portuarias, sus astilleros y su flota
pesquera, Rostock fue hasta la reunificación alemana el único vínculo efectivo
de comunicación entre la RDA y el mundo exterior a través del Báltico.
Hoy se pueden apreciar aun muchos restos de ese rico pasado, como varias de las
antiguas puertas de entrada a la ciudad. en la (foto 1), la Steintor, y en la
(foto 2) la Kröpeliner Tor (Puerta de Kröpeliner) con seis pisos de altura
realizada en ladrillo en el siglo XIV, y que en su interior alberga el Museo de
Historia de la ciudad.
La calle Kröpeliner, al igual que el centro de la ciudad, es peatonal y muy
comercial, y llega hasta la plaza del mercado (foto 3), donde se encuentra el
ayuntamiento, pasando por numerosas casas de vistosos frontones góticos y
barrocos como la del n°82 (foto 4) con fachada de ladrillo y frontón escalonado
que ocupaba el antiguo hospital del Espíritu Santo. pero toda la ciudad es muy
agradable para el paseo (foto 5), con numerosos parques (foto 6).
Su basílica dedicada a Santa María (Marienkirche) es impresionante. Tiene forma
de cruz resultado de unas remodelaciones en el siglo XV en una iglesia tipo
salón construida el siglo anterior. Por sus dimensiones es uno de los mayores
edificios religiosos del norte de Alemania, con una maciza torre y diversos
niveles de ventanales (foto 7), que se ven más hermosos desde el interior (foto
8), al igual que se aprecian más sus dimensiones. Destaca un interesante reloj
astronómico (foto 9) de 1472, una elegante pila bautismal de bronce, y un
tremendo órgano barroco de 1770 (foto 10), muchos elaborados retablos (foto 11),
y otros más que sorprendentes (foto 12)...