Durante nuestra estancia en Río de Janeiro, no hubo día que no
comenzáramos o termináramos en la playa. La playa y la ciudad van de la mano, se
complementan, y el turista las disfruta. Hay tantas, tan grandes y tan bellas
que podríamos pasar varios días sin repetir lugar donde bañarnos sin alejarnos
mucho de la ciudad.
Nuestro último día en Río por supuesto que lo pasaremos también en la playa, y
elegimos Praia Pepino, que es la parte oeste de la gran playa de Sao Conrado
(foto 1). Elegimos este lugar, porque es la zona de vuelo libre de Río, que
tantas y tantas veces aparece en fotos y documentales.
No importa que día vayas, no importa a que hora, aquí se vuela siempre y siempre
tendrás parapentes y Alas Delta volando sobre tu cabeza (foto 2). La playa es
inmensísima, amplísima, y aunque tendría que haber espacio suficiente para
bañistas y voladores, hay que estar alerta y te pueden aterrizar violentamente
muy cerca tuyo sobre todo los biplazas de Ala Delta (foto 3).
Por supuesto que si te animas puedes realizar un vuelo en tandem, hay muchos
pilotos que te llevarán, es caro, pero es una vez en la vida...y es que
sobrevolar las playas de Río, con este tremendo paisaje provoca.
El despegue está junto a la "Pedra de Gávea" (foto 4), muy espectacular con una
rampa artificial amplia. El aterrizaje claro la inmensa playa (foro 5), y del
plegado ni te tienes que preocupar, hay unos chicos que se encargan de hacerlo
por una propina, y te llevan tu ala de la playa a la zona de plegado junto al
bar sobre la playa (foto 6).
Brasil, Río de Janeiro, ha sido un placer, una gozada...