Arenas. Edo Sucre. Venezuela. (Ruta Humboldt)

Septiembre 2006

7 de Septiembre de 1799. Continua Humboldt su camino por esta fértil tierra (foto 1), hasta la población de Arenas, visitando su iglesia, el templo de Nuestra Señora de la Candelaria, una auténtica joya colonial (foto 2). Única en Latinoamérica que posee un retablo de mampostería separado de la pared. Dos castizas y coquetas torres campanarios y figuras decorativas en el exterior de sus gruesas paredes, lo que le da un aire de arte y delicadeza.
En esta aldea de Arenas (reseña Humboldt en sus libros), vivía un labrador de nombre Francisco Lozano, que había criado a su hijo con su propia leche. Habiendo enfermado la madre, el padre para aquietar al niño lo llevó a la cama y lo estrechó a su pecho, este labrador de treinta y dos años no se había dado cuenta que tuviese leche, pero la irritación de la tetilla chupada por el niño trajo la acumulación de ese líquido, así lo amamantó por cinco meses, dos o tres veces por día. Este acontecimiento se supo hasta en Europa. Humboldt no logró conocerlo a su paso por Arenas, pero luego padre e hijo fueron hasta Cumaná  a visitarlo, ya el muchacho contaba con trece años de edad.
Nosotros a nuestro paso por Arenas, no logramos ver el interior de la iglesia que se encontraba cerrada. Y lo único que encontramos abierto fue este bien surtido Mercal (foto 3), por lo que nos aprovisionamos y cargamos nuestra moderna mula mecánica de marca japonesa que sin duda también hubiera sorprendido al propio Humboldt de haber contado con ella en aquellos tiempos...