20 de Septiembre de 1799. Humboldt dejó constancia de la
visita de otras cuevas por la zona que también poseían guácharos, incluso
algunas con fumarolas y gases, estudió plantas, visitó haciendas, y realizó
varias excursiones.
Las posibilidades en la zona para hacer espeleología, senderismo, o simplemente
pasear disfrutando de una naturaleza exuberante son infinitas.
Nosotros realizamos una sencillita que parte justo enfrente del parking de la
Cueva del Guácharo y que estando perfectamente señalizada se dirige a un
espectacular salto de agua, que se encuentra a poco más de un kilómetro
caminando por un igualmente espectacular sendero (foto 1). Además nuestro amigo
Ramón que nos acompaña en este viaje se ofreció para hacer de porteador de Ana,
y es que cada vez va pesando más (foto 2). Por fin llegamos (fotos 3 y 4), y
pues más de lo mismo, o sea espectacular, tranquilo, precioso...no hay adjetivos
para esta apabullante naturaleza venezolana...