En una tranquila bahía de las Islas Lofoten, concretamente en la isla de
Moskenesoy, rodeada de montañas y acantilados, se encuentra el pintoresco y
bonito pueblo de pescadores de Reine (foto 1, 2 y 3). Con semejante entorno
paisajístico no es de extrañar, que este lugar haya sido elegido como el paisaje
más portentoso de toda Noruega. Es un lugar tranquilo (foto 4), con sus casitas
todas mirando al mar pintadas de rojo (foto 5). Sólo las fábricas de pescado
(foto 6), o la iglesia se atreve a tener otro color.
Pero a pesar de todo eso, el lugar parece bastante muerto, y solo te puedes
limitar a comer o comprar pescado, porque que viven del pescado es más que
evidente y mires donde mires, hay carros y carros cargados de el (foto 7), y
tiendas donde comprarlo fresco, salado (foto 8), o en pequeñas bolsitas seco
como aperitivo, y nunca os lo acabareis, porque por doquier hay más secándose al
la fresca brisa del mar (foto 9).
Aparte de pasear ver pescados y paisajes (fotos 10, 11 y 12), hay una excursión
desde aquí que nosotros queríamos realizar, y digo queríamos porque el tiempo
metereológico manda en las Lofoten, y este simplemente no quiso ni que la
comenzáramos descargando toda su furia en forma de tormenta de viento, agua, y
frío (fotos 13, 14 y 15), por lo que una vez más nos vimos obligados a
autoevacuarnos del camping donde nos encontrábamos, y una vez más abandonar el
lugar antes de lo deseado y planeado.
Para quien tenga más suerte con el tiempo, la excursión se trata de disfrutar
una excepcional panorámica de la laguna y la bahía de Reine desde el pico de
Reinebringen, a 670 metros de altura, los cuales hay que subir todos a pié, por
un escarpado sendero que comienza a 1,2 km al sur de Reine a la entrada del
túnel (el sendero, muy evidente es fácil de encontrar)...
