Llegamos a Berlín a finales del verano pasado, a tiempo de contaros de su
sol, sus playas y su verano. Luego llegó un bondadoso otoño, en el que se
disfrutó de unas muy buenas temperaturas y paisajes otoñales que disfrutar en
los parques de la ciudad. Por culpa del frío que pasamos después, no me quedó
otra que dedicar un escaner al helado invierno berlinés, así que ahora voy a
cerrar el ciclo estacional porque por fin llegó la primavera, y así está Berlín:
Los árboles de los parques que ahora estaban sin hojas, vuelven a brotar y poco
a poco recuperando su verdor (foto 1). Aunque aun con frío, el cielo azul y
soleado invita a sacar de nuevo las bicicletas de las bodegas (foto 2), y pasear
con ellas. Y no somos los únicos, vayas al parque que vayas todos están llenos
de mantas, comida y berlineses tumbados al sol, disfrutando de nuevo el poder
salir a la calle tras el larguísimo invierno (fotos 3, 4 y 5).
Realmente toda la ciudad es una explosión de color después de cinco grises meses
y los árboles compiten en volumen y colorido floral (fotos 6 y 7).
Además el ayuntamiento de la ciudad no es que ponga su granito de arena, no, es
que pone toda una montaña de flores por todos sitios, prácticamente no hay
parque o acera que no replanten completamente de flores (foto 8), un exceso en
verdad, pero los berlineses felices, que es lo que importa...