Entre las Islas de Arapo y Arapito, hay un curioso lugar. Le llaman La
piscina. Protegido del oleaje, sus aguas transparentes y calmadas parecen en
realidad una verdadera piscina natural (fotos 1 y 2). Por eso es un lugar muy
visitado con barquitas, yates y veleros pequeños, en cuya poca profundidad
pueden fondear y pasar un estupendo día. También se puede acceder desde las
playas de ambas islas, como en nuestro caso desde Arapo (foto 3).
Aquí ya no hay servicios, pero es tan popular que se las ingenian para llegar a
vender algo de cualquier manera. Fijaros en el vendedor submarino de helados con
sus gafas y tubo de bucear que llega con su carrito de helados con campanitas y
todo, como si esto fuera un paseo marítimo. Heike nado a buscar el suyo (foto
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