Plzen, es la segunda ciudad en importancia de la bohemia checa,
y posiblemente así no os diga nada, pero esa misma ciudad en alemán "Pilsen", se
asocia inmediatamente a cerveza. Y estamos en lo cierto. Porque para los amantes
de la cerveza una Pilsner Urquell es la cerveza "lager" por excelencia.
Algunos acuden a esta ciudad a visitar sus iglesias, monumentos o calles, otros
nos encaminamos directamente al centro en busca de la fábrica de cerveza. Se
encuentra en el lugar que ocupaba la vieja fábrica original fundada en 1842, y
hoy es solo museo (Pivovarské muzeum)(foto 1). Ese año, inventaron un nuevo
método de fermentación, conocido como fermentación baja, que hizo posible la
producción de una cerveza "lager" estable, dorada, y translúcida, exactamente
las mismas que se beben en la actualidad. La llamaron Plzensky Prozdroj, el
nombre en checo de la "Pilsner Urquell"
Se comienza la visita por un patio con toneles y barricas (foto 2), que da a la
original y antigua taberna (foto 3), de la cual puedes probar la dureza de sus
asiento (foto 4), o la calidad de sus obras de arte (foto 5). Los checos no solo
fabrican una excelente cerveza, sino que la beben en grandes cantidades, a lo
mejor porque es muy barata, incluso tomada en estas tabernas, llamadas
"pivnice", aquí no hay ningún pueblo sin una de ellas. Se calcula el consumo
promedio de los checos en una botella por persona al día, incluidos en personas,
niños y bebés. Ellos están orgullosos de su fama de bebedores, y atribuyen la
calidad excepcional de la cerveza checa al lúpulo que se cultiva en la Bohemia.
Después se pasa a las diferentes sales del museo. Comenzando con una exposición
de fotografías antiguas que abarcan todos los procesos desde la recolección,
procesamiento, producción y distribución (fotos 6 a 11). Después se suceden una
serie de salas con diversas maquinas e utensilios utilizados antiguamente en la
fábrica, desde motores (foto 12), a máquinas manuales de embotellar (foto 13).
Después todo tipo de salas con objetos relacionados con la cerveza y la marca
Pilsen, desde viejas etiquetas, hasta jarras de cerveza (foto 14).
Continuamos el recorrido por los silos, y donde se almacenaba y seleccionada el
cereal (foto 15), para terminar en las bodegas repletas se grandes toneles (foto
16), bueno, no, donde se termina realmente la visita, es en la taberna, ya no en
la original, sino en una moderna con terracita para degustar una pilsen
original, en su lugar original (foto 17).
Para los que no tienen de momento pensado ir a Pilsen, tranquilos, camiones
cargados de cerveza original pilsen checa salen aquí en dirección a todo el
mundo (foto 18), porque a pesar de que los checos cometieron el gran error de no
registrar el nombre de su método de hacer la cerveza y que innumerables
insípidas cervezas se hacen llamar hoy "pilsen" "pilsner"o "pils", y de que
copiaron incluso los nombres de sus marcas, como la "Budbar" de la Bohemia, que
no se parece en nada a la sosa copia de la Budweiser" americana, por ejemplo...