La única manera de llegar a las Islas Ballestas, es con una excursión en
barco que ofrecen las agencias de viajes. La excursión parte de Paracas, y lo
primero que divisaremos es un tremendo geoglifo de más de 150 metros de alto por
50 de ancho en forma de tridente llamado "el candelabro" (foto 1), como siempre
nadie sabe quien lo hizo, ni cuando, ni lo que significa, a partir de ahí hay
teorías para todos los gustos.
En seguida se llega a las islas (foto 2), y allí durante una hora atravesaremos
arcos, cuevas, playas y los diferentes islotes, y ya no nos despegaremos de
nuestros prismáticos (foto 3), para observar pelícanos, gaviotas, cormoranes,
delfines, pingüinos de Humboldt (foto 4), leones marinos (foto 5), y claro las
aves productoras de guano, que son los cormoranes Guanay, los pájaros bobos
peruanos, y el pelícano peruano. Y es que durante milenios, las enormes colonias
de aves de la zona que cubren todas las islas (foto 6), han ido depositando
capas de guano (excrementos de aves marinas ricos de nitrógeno) sobre las Islas
Ballestas, hasta alcanzar en algunas zonas los 50 metros de profundidad.
Aunque la extracción el guano como fertilizante data de una época anterior a los
incas, hoy en día se ha dejado un poco tranquilos a los pájaros y solo se
permite una extracción cada 10 años (foto 7)...