Salimos un día más a callejear por Cuzco. Es realmente agradable pasear por
sus empedrados y cruzarse con sus gentes (foto 1). Los impresionantes muros
construidos por los incas, aun bordean las estrechas unas, y empinadas otras
calles y forman los cimientos de las construcciones modernas (foto 2).
En la parte alta de la ciudad, está el barrio de San Blas, y aunque para llegar
las calles cuesta arriba cansan un poco, hay muchas pequeñas tiendas de
artesanía en el camino para ir haciendo paradas. La pequeña iglesia de adobe de
San Blas, posee un tremendo altar barroco en su interior. Se encuentra en la
Plazoleta de San Blas (foto 3), un tranquilo y relajante lugar ya con vistas a
la montaña y valles de Cuzco.
La tranquilidad del paseo por Cuzco se puede extender hasta la noche. Tanto la
Plaza de Armas, como las iglesias y monumentos principales están iluminados, y
nos pareció muy, muy seguro para recorrerlos en familia (foto 4). Hay muchos
restaurantes con menús turísticos muy económicos, incluso los que se encuentran
en la Plaza de Armas (foto 5), además no faltó una noche que no apareciera un
grupo para amenizar la cena con música típica peruana...