Cuzco. Perú

Octubre 2007

Volamos a Cuzco. Hace varios días que todo el mundo nos advierte que eso está muy alto, que nos marearemos y nos dará mal de altura, nos lo dicen y nos lo dicen hasta la saciedad. El caso es que ya empezamos a creérnoslo, y parece que no somos los únicos, ya que nada más desembarcar y bajar del avión la gente se empieza a desmayar y caer al suelo. El espectáculo es ridículo, absurdo, pero por las caras que ponen parece bastante real...llegamos al hotel, y más de lo mismo, que descansemos, que nos vayamos a dormir y nos preparan un mate de coca, porque va bien para la altura. Nos lo tomamos ( foto 1), y las mujeres ceden, yo estoy demasiado excitado como para ir a hacer la siesta, y me voy a dar una vuelta a ver que veo por los alrededores del hotel.
La primera impresión es de tranquilidad, calles estrechas (foto 2), algunas con nombres impronunciables (foto 3), y los típicos balcones cuadrados van reapareciendo conforme te acercas al centro (foto 4).
Pero lo que más ha cambiado definitivamente es la gente, sus rostros, vestimentas coloridas, todo amabilidad y sonrisas. Se dejan fotografiar, les gusta y te sonríen (fotos 5,6,7 y 8)...