Comienzo mi visita a Tallín por
su puerto en busca de la fortaleza-prisión de Patarei. Pero antes de llegar a
ella puedo disfrutar a mi paso de hermosas casas de madera antiguas que te
trasladan a la vida de hace un siglo, y siguen en pie, tan hermosas como
entonces. , viéndolas se respira aire marinero (fotos 1 y 2).
No tardo en encontrar la prisión (foto 3), junto al puerto. Es una antigua
fortaleza naval del año 1829 construida por el zar ruso Nicolás I, y que con la
independencia de Estonia en 1919 se convirtió en prisión, y así lo continuo
siendo posteriormente durante el siguiente periodo soviético.
Yo creía que era un museo y que se podía visitar, pero al llegar a ella, me la
encontré totalmente abandonada y desierta, lo que le daba un aspecto aun más
tenebroso (fotos 5 a 8). No había nadie y todo estaba abierto y bastante sucio.
Dudé un poco antes de introducirme en ella, pero poco a poco penetré en el
interior, reconozco que bastante acobardado, por lo que la visita no fue muy
larga.
Junto a la prisión en el antiguo puerto se encuentra un Museo Naval Militar, y
ya que tenía el coche aparcado enfrente, le eché un vistazo. Consta de dos
grandes partes, una lo que es el puerto propiamente dicho donde están los barcos
anclados, y otra cubierta en un moderno edificio, al que ya no me dejaron pasar
porque lo estaban a punto de cerrar, y en el que se ve que están algunas
pequeñas joyas antiguas militares rusas, como u submarino de 1936, el "Lembit".
Para ver la parte exterior no se requiere entrada, ya que es el mismo puerto.
Aunque para subir a los barcos si te la piden. Aunque si vais a la hora de
cerrar ya no hay nadie, y yo subí por ejemplo al rompehielos de vapor más grande
de Europa, el "Suur Töll" (foto 9) construido en el año 1914. Hay varios barcos
militares rusos grandes más (fotos 10 y 11), y algunos más pequeños utilizados
por ejemplo para divertimento de los más pequeños (foto 12)...