Parmaná se encuentra situado a orillas de río Orinoco, y nuestra intención
era aprovechando el caudal bajo de este en temporada seca, recorrer su cauce
unos kilómetros. Como no hay caminos, la primera dificultad es introducirse en
la parte de cauce seco de este, y lo hacemos por un terraplén bastante inclinado
y arenoso en la misma población de Parmaná (foto 1). Llegamos hasta la orilla, y
se aprecia claramente lo que ha descendido el río, y la cantidad de agua que
lleva en la temporada de lluvias (foto 2). Iniciamos nuestro recorrido en
dirección a las desembocadura del río, el terreno es de fina arena, como si
circuláramos por una playa (foto 3), pero hay que tener cuidado, con solo
acercarse al agua esa arena se transforma en trampas de barro, y los carros
quedan atrapados (foto 4).
Conforme vamos circulando le vamos perdiendo el miedo a la conducción por la
arena, y comenzamos a coquetear con el río, primero acercándonos bastante a él,
luego cruzando los pequeños afluentes por los que pasamos o los brazos que el
río va formando y que a veces son como un laberinto (foto 5).
Disfrutamos de lo lindo, y cuando ya tenemos bastante, buscamos un lugar
tranquilo donde montar el campamento, y con una playa para que disfruten ahora
los niños, y vaya si lo hacen (foto 6)...