La Catedral de Notre Dame, es la iglesia más conocida de París,
y lo es porque es la obra más representativa del estilo gótico a nivel mundial.
Se sitúa en la isla de la Citè en el corazón de la ciudad (foto 1), y ya lo era
cuando en el año 53 antes de Cristo, Julio Cesar conquistó estas pequeñas islas
en el Sena, entonces solo era una pequeña y primitiva aldea.
La iglesia de Notre Dame (foto 2), está dedicada a Maria Madre de Jesucristo, de
ahí su nombre. Su privilegiada situación, bordeada por el Sena, y con jardines
por delante y por detrás, hacen que la catedral pueda ser muy bien observada y
fotografiada entera por ejemplo desde cualquiera de los puentes de acceso a la
isla (foto 3). Es muy impresionante, destacando sus dos torres gemelas de 69
metros de altura, o su pórtico (foto 4).
También podemos subir a una de las torres, desde donde disfrutaremos una hermosa
vista de la ciudad, y también de las famosas gárgolas de cerca (foto 5).
Su interior no es tan impresionante como el exterior, por lo menos para el
inexperto en arte, pero aun así resulta ciertamente impresionante entrar a la
catedral, y ponerse en el pasillo central de la iglesia cara al altar,
observando toda su grandeza e inmensidad (foto 6), y muchos rosetones, vidrieras
y cristaleras que le proporcionan esa bella y colorida luz interior (foto
7).
Y de nuevo al salir a la luz se puede tomar el sol en el jardín de la entrada,
dar de comer a las palomas (foto 8), o si vais con niños, descansar en un
parquecito lateral con juegos para los más pequeños...
