Nablus tiene dos campos de refugiados creados por la UNRWA
(Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente
Próximo). Uno llamado Askar con más de 19.000 habitantes, y el otro el campo de
refugiados de Balata que es el mayor de Cisjordania con más de 23.000
refugiados. Estos campos tienen más de 60 años, se crearon en 1950 para acoger a
los refugiados palestinos procedentes de las ciudades conquistadas por Israel en
la guerra árabe-israelí de 1948, y hoy en día a sus descendientes.
Realmente es muy fuerte meterse en uno de estos lugares, ya que la situación de
quienes lo habitan es de pobreza, y alta densidad de población sin
infraestructuras básicas suficientes.
Es fácil entender lo que es un campo de refugiados, o sea, un lugar donde
encuentran protección de Naciones Unidas inocentes y desplazados de un conflicto
bélico. Hoy lo vemos por ejemplo en los campos de refugiados creados en la
frontera turca, para atender a los miles de sirios que huyen del conflicto de su
país. Lo que es más difícil de entender es que un conflicto se extienda por más
de 60 años, y aun no tenga ningún viso de solución. Pero aun más fuerte es que
este sea un campo de refugiados palestinos en Palestina. Esto quiere decir que
se han tenido que crear lugares para proteger a los palestinos dentro de su país
contra la presión que ejerce el ejercito israelí sobre ellos. Así que es un
lugar protegido por la ONU donde no puede acceder el ejercito israelí sin que la
presión internacional lo evite. Para vivir aquí no te preguntan ?de donde eres?,
o ?quien eres?, simplemente te preguntan si tu vida corre peligro fuera de aquí,
o si eres un perseguido por razones ideológicas, políticas o religiosas. Con un
criterio así de amplio uno se puede imaginar que aquí habrá de todo, desde los
"muy buenos" a los "muy malos", porque simplemente no tienen a otro lugar donde
ir.
Balata es como una pequeña ciudad con su hospital (foto 1), depósitos de agua
potables independientes (foto 2) o mezquitas (foto 3), con todas las entradas
protegidas y custodiadas por la ONU, lo que da un aspecto de seguridad, pero su
interior ya no se ve tan seguro ni amable con calles estrechas y mucha suciedad
(fotos 4 a 7), pintadas (foto 8), y los típicos afiches de mujaidines dispuestos
a empuñar un arma por la causa Palestina (foto 9). También pequeños mausoleos a
los mártires ya caídos (foto 10).
Y entre tanta locura bélica, lo único que parece que mantiene vivos estos
lugares: la ayuda internacional. Hay de todos lados, y de todo tipo, por ejemplo
me colé en una casa en donde en su entrada había un cartel con una bandera
española que colaboraban con los palestinos (foto 11), era una ONG de Canarias
que había dotado de material para hacer un gimnasio para mujeres, las dos
refugiadas con las que hable ( foto 12) y que me enseñaron el local
estaban de lo más felices por poder decirme en español las cuatro palabras en mi
idioma que habían aprendido...