La laguna que rodea Venecia, está sembrada de islas, algunas
famosas, otras olvidadas. Casi todas actualmente pobladas, en el pasado estaban
ocupadas únicamente por monasterios o sanatorios para enfermedades infecciosas
donde aislar a los enfermos psiquiátricos o con malaria o tuberculosis.
La isla de Murano es la más famosa de todas, al haber dado su nombre a un tipo
de vidrio que figura entre los más admirados del mundo.
Llegar a Murano desde Venecia en Vaporetto no tiene ninguna dificultad (foto 1),
y una vez allí pasear por sus canales (fotos 2 y 3), ver sus palacios (foto 5),
o sus iglesias (foto 6), es un agradable paseo.
Lógicamente lo primero que busca el turista al llegar allí es una fábrica donde
ver elaborar el cristal en directo, y eso tampoco es ningún problema, ya que los
talleres de los vidrieros bordean todos los canales de Murano, y en la mayoría
se puede ver a los artistas trabajando el cristal (fotos 6 a 9).
El cristal es la principal fuente de ingresos de Murano, así que la isla está
llena de tiendecitas para que los turistas compren sus pequeños regalos de
cristal (foto 10). Hay de todo desde bisutería a lámparas (foto 11). Tiendas
exclusivas de artistas renombrados (foto 12), donde comprar piezas únicas como
esculturas, un precioso caballo (foto 13), o figuras muy elaboradas (foto 14).
Pero el arte del cristal en Murano no solo está en las tiendas, se encuentra
también en las calles y los artistas locales se promocionan haciendo grandes
obras de arte para exponer en calles y plazas que decoran la isla (fotos 15 a
17). También hay muchos particulares que decoran las entradas de sus casas o
ventanas con adornos de cristal, otros incluso tienen todo su jardín de cristal
(foto 18)...