Monastir con una extensa curva de hermosas playas a ambos lados,
clima suave, interesantes monumentos, y buena infraestructura con aeropuerto,
buenos hoteles y Resort, ha sabido aprovechar plenamente sus recursos, y se ha
convertido en un concurrido centro turístico. Pero la ciudad en si no ha
cambiado mucho. Fue la base de apoyo de la campaña africana de Julio Cesar, la
antigua Ruspina, y desde esos tiempos está defendida por murallas, aunque hoy
son más modernas (fotos 1, 2 y 3). Una vez las traspasamos podemos callejear sin
peligro alguno, y perdernos por sus zonas humildes de puertas sencillas (fotos 4
a 6), o disfrutar del restaurado centro de casas pudientes (foto 7) y mezquitas
(fotos 8 y 9). Destaca su Ribat (fotos 10 a 13), que más parece una fortaleza
que un monasterio y es del año 79. Es muy interesante de recorrer, y de
disfrutar de sus vistas hacia el mar o hacia la ciudad. También posee un museo
con objetos antiguos, desde pergaminos a relojes de sol.
En la ciudad hay otras mezquitas menores (fotos 14 y 15), y varios parques con
palmeras para pasear (fotos 16 y 17), y como no sus playas, aunque las de la
ciudad no sean lo espectaculares ni largas que las que encontraremos en las
zonas hoteleras...