Moldavia es un país rural muy poco industrializado. Su mayor atractivo y su
principal exportación, son sus buenos vinos, así que una vez se sale de la
capital, ya veremos sus campos llenos de plantaciones de uva. En época de
cosecha se pueden visitar varias de sus más importantes bodegas, pero a pesar de
pasar por allí ya en Septiembre, aun estaba muy ácida, aunque probarla , la
probé (fotos 1 a 3).
Su otro principal interés turístico-cultural-religioso son sus muchos
monasterios desperdigados por todo el país. Están muy bien indicados, cuando
alguno se encuentra cerca de las carreteras principales. Así que se van viendo
desvíos hacia ellos (foto 4). Tienen todos el aspecto de pequeñas ermitas
ortodoxas, y en todos te reciben con una sonrisa, y te invitan a entrar y
visitarlos (fotos 5 a 9).
Otra cosa curiosa que se ve recorriendo Moldavia, son pozos de agua, cada pueblo
tiene varios, y se ven muchos junto a las carreteras. Están muy bien decorados,
incluso con techos para resguardarse de los elementos (foto 10). Algunos incluso
ricamente decorados (foto 11), pero incluso los sencillos tienen su encanto, por
lo que se adivina que es algo muy tradicional (fotos 12 y 13).
En cualquier caso la estampa más representativa de Moldavia me pereció ser
el encanto de los pueblos y la vida rural-campestre con todas sus faenas típicas
(foto 14).
El país aunque no presenta ningún problema visitarlo, gentes tranquilas, amables
y simpáticas. Todo funciona relajado sin ninguna prisa (foto 15)...