Iniciamos un pequeño viaje en dirección Maracaibo, el primero
terrestre para el pequeño Marco, así que nos lo tomaremos con toda la calma
posible. Salimos de Caracas temprano en la mañana y llegamos a la zona playera
de Tucacas justo para almorzar en la misma playita, descansar unas horas y
darnos un baño. Y continuamos nuestro viaje en dirección a la Vela de Coro.
Antes de llegar a esta población, concretamente en Taratara, hay un anuncio de
desvío hacia un Parque Arqueológico llamado Taima- Taima, y le vamos a echar un
vistazo.
Saliendo de Taratara, son como unos 10 minutos de carro por una pista de tierra,
practicable para todo tipo de vehículos, el paisaje es desértico con grandes
cactus, a ambos lados del camino (foto 1).
Al llegar: !!!Tremenda sorpresa¡¡¡, y es que después de llevar tres años
recorriendo Venezuela, es la primera vez que vemos que se ha realizado una
construcción con la intención de preservar un patrimonio, en este caso cultural.
Realmente es tremenda la desidia institucional por cuidar el patrimonio cultural
en este país. Nos alegramos muchísimo, mucho, mucho al ver este lugar solo por
eso.
Y que es lo que se preserva. Pues un Mamut semi-adulto casi completo, con sus
restos muy claros e identificables (foto 2). Por ejemplo sus colmillos (foto 3),
que eran casi rectos, o su pelvis (foto 4).
Este ejemplar se supone que tenía solo 5 años de edad, pero aun así ya superaba
los 2 metros de altura. Este mastodonte era un animal que pastaba en las
sabanas, y que vivían en grupos o clanes.
En esta zona arqueológica con unas dimensiones de 40 metros de largo por 20 de
ancho (foto 5), se encuentran y se explican otros restos de animales. Pero
además se encontraron restos de lascas con bordes cortantes, puntas de flecha y
otros artefactos realizados y tallados con restos óseos por los depredadores de
los mamuts en su época: el hombre. Estos últimos hallazgos se encuentran en el
museo en Taratara...