Después de vivir 4 años en Bulgaria, nos preguntábamos que es lo que no
pudimos hacer nunca?, que es lo que hubiéramos querido hacer pero nunca se
presentó la oportunidad?, o que simplemente quedó pendiente. Sólo se nos
ocurrió una cosa: ! Dormir en un Monasterio !. Habíamos visitado muchos,
pero nunca nos quedamos a pasar una noche, a disfrutar de esa paz, calma,
sosiego y espiritualidad que sólo un lugar como estos puede ofrecer.
Elegimos un Monasterio que no conocíamos, el de Lopushna cerca de Montana
(foto 1). Nuestra amiga Marja, nos acompañó en este fin de semana místico
(foto 2).
Y encontramos lo que fuimos a buscar "paz", ya que fuimos los únicos
huéspedes del lugar, así que pudimos conversar con los "popes" del
monasterio (foto 3), los cuales nos atendieron, como si fuéramos los únicos
huéspedes en bastante tiempo, y nos ofrecieron lo que tenían, cosas
sencillas, pero que los que venimos de la ciudad apreciamos: desde usar su
nevera, hasta leche de vaca recién ordeñada. A cambio solo nos invitaron a
asistir a su misa del domingo, a la que fuimos "gustosamente", entre otras
cosas porque se hubiera notado mucho nuestra falta...
El Monasterio de Lopushna es un auténtico "Monumento cultural", Una iglesia
dedicada a San Juan "el Precusor" construida en 1852, con unos magníficos
iconostasios tallados en madera por los hermanos Dospevski de la escuela de
Samokov (foto 4).
Respecto al alojamiento es sencillo, pero limpio, el lugar muy agradable,
con mucho espacio para comer bajo el porche (foto 5), disfrutando del sol y
los sonidos de la naturaleza. Definitivamente un tranquilo lugar donde pasar
un fin de semana aislado del mundo...