Ä (foto 1), es un encantador pueblecito de pescadores que conserva todo su
encanto, dirijas a donde dirijas la vista se podría hacer una postal típica con
esa escena. Una plaza con casas grandes (foto 2), casas almacén porticadas (foto
3), y todo con vida y funcionando como antaño. Por ejemplo la panadería que
despedía un olor a pan recién horneado, y por eso pasamos a verla (foto 4), y
observamos todo el proceso de horneado en horno antiguo de leña (foto 5), no
había nada moderno allí, bueno, esta panadería data de 1844, así que desayunamos
pastas calentitas recién salidas del horno riquísimas.
Casi todas las casas se encuentran sobre las rocas colgando sobre el mar (foto
6). La verdad es que estamos en una especie de pueblo-museo, ya que todas las
casas conservan sus antiguos aspectos del siglo XIX, y muchas de ellas están
convertidas en museo, como la vieja fábrica de aceite de hígado de bacalao, la
más antigua de Europa, en la (foto 7).
Es muy agradable y se disfruta mucho un paseo por Ä, por sus pequeñas casas de
color rojo (foto 8), y por las pasarelas que las unen con el mar (foto 9), desde
donde se ve el poblado desde otra perspectiva (foto 10), no faltan por supuesto
lo secadores de pescado por todos lados (foto 11)...
