Para bien o para mal, una de las primeras cosas que nos encontramos por el centro de Lisboa fue el mercado, concretamente el
Mercado da Ribera, y ademas a la hora de la comida. La mitad del mercado es un mercado normal donde se pueden comprar frutas y verduras,
pescados frescos, etc. Pero la otra mitad es una especie de feria de comitas portuguesas pero de
diseño, donde diferentes chefs y
diferentes puestos ofrecen platillos verdaderamente decorados y deliciosamente agradables a la vista. Normalmente suelo hacer un
escaner de comidas al final de algunos de mis viajes, pero
aquí y debido a lo bien que se come en Portugal, pues el escaner de
comidas ya va de entrante del viaje.
El mercado inaugurado a finales del siglo XIX con una gran nave central y aunque
vendía todo tipo de pescados y carnes, se hizo famoso
por sus puestos de flores. Hoy le ha quedado ese ambiente del siglo pasado y actualmente es uno de los mejores lugares para comer en
Lisboa en un edificio histórico y en el centro de la zona
histórica junto al Tajo.
U lugar predilecto para los amantes de la buena cocina y los turistas deseosos de probar las delicias de la cocina lusa. La
mayoría de
los puestos son de autor con creaciones propias y productos de gran calidad, artesanales y sobre todo naturales.
Aunque es un pequeño paraíso para gurmets, sigue el exitoso concepto de los mercados-gourmet extendido por Europa y que se han
puesto
de moda en otras capitales como Madrid o Berlin. Aquí en el Mercado
da Ribeira podréis comer en restaurantes que son sucursales de algunos
de los mejores restaurantes de Lisboa, algunos incluso con estrella Michelin
con los de los chefs Alexandre Silva, Marlene Vieira, Vitor
Claro, Miguel Castro o Henrique Sa Pessoa, así que se
puede disfrutar de grandes platos a precio de mercado. Y se puede terminar el
menú comiendo un helado en la famosa Santini que hay que probar porque realmente son diferentes a cualquier
típico de otra heladería.
También claro podréis tomar una copa de Oporto con un
pastel típico de Bacalao, un café, con las típicas pastas de Belem, etc, etc.
Todos los platos se consumen en la parte central que cuenta con mesas, y cada cual puede pedir comida en el restaurante de su gusto,
así que se puede comer a gusto de todos sin cambiar de local o combinando la comida de diferentes locales, no es genial?...