Montenegro nos ha sorprendido por sus poblaciones muy limpias y bien cuidadas, así que
no esperábamos menos de Kotor ya que se encuentra incluida en la lista patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO. Su vista desde lejos ya impresiona (foto 1), ya que se encuentra
situada al final del fiordo más profundo de la Europa del sur encajonada entre altísimos
precipicios.
Se trata, como en tantas otras de la costa dálmata, de una ciudad medieval totalmente
fortificada (foto 2), en cuya construcción trabajaron: romanos, bizantinos, serbios, turcos y
venecianos, y no solo acordonan la ciudad, sino que se extienden por las pendientes rocosas
hasta lo más alto de la montaña para prevenir ataques desde lo alto de ella.
A Kotor se accede por una antigua puerta llamada "marina", por dar al mar, y una
vez atravesadas las murallas, nos podemos dedicar a pasear tranquilamente por sus
callejuelas, donde descubriremos antiguas casas y palacios (foto 3), su famosa plaza
principal con la torre del reloj (foto 4), y varias iglesias ortodoxas (foto 5), y
católicas...