No hay ningún lugar para
esquiar a 200 kilómetros a la redonda de Berlín, así que si uno pretende hacer
este deporte desde aquí tiene que asumir, que hay que irse lejos, y aun así no
es que hayan unas grandes estaciones de ski como en los Alpes o los Pirineos.
Una pequeñita, pero suficiente la encontramos en la frontera de Alemania con
Chequia, ya en territorio de este último país. Se llama Klinovec, y aunque con
una altitud moderada, posee largas pistas y mucha, mucha nieve durante la
temporada.
Hemos ido un par de veces esta temporada, no solo porque no haya otras muchas
más posibilidades de a donde dirigirse, sino porque nos gustó. Los remontes son
muy modernos, las pistas están en excelente estado, muy bien preparadas, y comer
o tomarse un chocolatito caliente es mucho más económico que en Alemania.
Disfrutar de las fotos (fotos 1 a 18). Dan ganas de volver...