Si al Templo de Luxor se accedía por un paseo de esfinges, al de
Karnak, dedicado al dios Amón, se accede a través de un paseo de carneros (foto 1), ambos
elementos decorativos son característicos de la arquitectura egipcia, y se usaban para la
ornamentación urbana de las anchas calles ceremoniales.
Hay diversos estilos representados en el Templo, eso se aprecia por ejemplo en las
diferentes formas de las muchas columnas, en la (foto 2), colosales columnas y capiteles de
forma bulbosa, según la época y la zona, los egipcios adoptaron varias formas para sus
capiteles, pero casi todas se inspiraron en la naturaleza, o en las divinidades, en estas se
encuentra adosada la figura de Osiris.
Karnak, como se aprecia en la (foto 3), es el conjunto de edificios religiosos más vasto
del antiguo Egipto, y es que aquí se alzaba en otros tiempos, la gran Tebas, la más famosa
de las antiguas ciudades de Egipto, y todos los faraones que vivieron aquí ,uno tras
otro, fueron engrandeciendo y transformando el templo.
El gran obelisco, que aún hoy domina el Templo de Amón (foto 4), está ligado al culto solar, y se debe a la reina Hatshepsut, quien se autoproclamó hija del dios Amón, logrando
convencer a los sacerdotes de la época que el mismo dios germinó el vientre de su madre.
Hay muchas historias como esta, y todas se recogen por todas las paredes y columnas del
templo, por lo que es mucho lo que hay que andar por la zona (foto 5), e imposible verlo y
entenderlo todo en una mañana...