Acre, Akko, o San Juan de Acri para los cruzados, fue durante
250 años, el puerto más importante del Mediterráneo Oriental. Hoy han quedado
muchos vestigios de su pasado, enterrados en su ciudadela otomana, ya que el
desarrollo moderno de la ciudad, se ha producido fuera de la muralla.
El nombre de Akko, ya aparece en textos egipcios de la XI dinastía (2000a.C.)
Acre ha estado en posesión de todo tipo de manos: el rey David, Salomón,
Alejandro Magno, Tolomeo, Julio Cesar, Herodes, Saladino, Ricardo Corazón de
León, Napoleón, etc.
Forma parte del estado de Israel desde 1948, y hoy es un enclave turístico
declarado por la UNESCO en 2001 Patrimonio de la Humanidad.
La muralla de Akko rodea por completo la ciudad, y resultaba impresionante tanto
para los que llegaran por tierra como por mar, la que queda hoy es la que se
construyó para resistir el asedio de Napoleón.
Bajo la Akko del siglo XVIII se esconde la Acre de los cruzados, que se ha
conservado ya que sirvió de cimientos a los edificios de mamelucos y otomanos.
Hoy perfectamente restaurado todo, se puede ver las dependencias que describe
Marco Polo cuando hizo escala en Acre antes de emprender viaje a Oriente (fotos
1 a 7). En el exterior podemos visitar el elegante edificio de la mezquita (foto
8), y pasear por el puerto junto a la muralla (foto 9).
Un edificio importante que hay que visitar, es el carvansarai de Khan el Umdan,
construido con las columnas expoliadas de los templos de Cesaria. Esta
construcción es tan impresionante como su estado de abandono, y es que como solo
es de 1785, no está dentro del patrimonio antiguo que hay que proteger.
Toda la ciudad está agujereada, tanto por un gran sistema de cloacas, como de
túneles por los que transportar las mercancías del puerto a la ciudad sin ser
expuestos, y mochos de ellos se pueden visitar y recorrer (foto 12)...