Siempre había querido viajar a Israel, pero parecía que nunca
era el momento adecuado, y como su conflicto parece no tener fin, y una y otra
vez lo posponía, únicamente por puro miedo. Pero al final y reconociendo que sin
quitarme el miedo de encima, me fui. Tuve algo de suerte, y en el avión se sentó
a mi lado una chica israelí, que calmó bastante mis temores contándome lo feliz
que vivía en Jerusalén, y que no lo cambiaría por nada del mundo. A mi pregunta
sobre una solución al conflicto con Palestina, me dijo, que "todos" así estaban
bien, y que ya les va bien como están.. Continuamos charlando e incluso me llevó
con su coche desde el aeropuerto a mi hotel.
Lo primero que te das cuenta al salir a la calle, es que todos los letreros como
mínimo están puestos en hebreo, árabe e inglés, y es que aquí la diversidad de
culturas y religiones puede causar muchos conflictos (foto 1). Es viernes, y
todo el mundo acude a la oración con sus mejores galas (fotos 3 y 4).
La ciudad de Jerusalén tiene muchas entradas para cruzar sus muros, yo lo haré
por la famosa Puerta de Jaffa (foto 4), pero hay muchas otras famosas como la de
Damascus (foto 5), o la Dung Gate (foto 6), más conocida como la Puerta de los
Leones por tener a estos animales en relieve en sus muros.
Lo segundo que te das cuenta la tremenda obsesión que tienen los israelíes por
la seguridad y en cada entrada, esquina, o cuartel todo son vallas y militares
controlando (fotos 7 a 10).
Una vez dentro de los muros de Jerusalén, me dejo llevar y sigo a todo el mundo
(fotos 11 a 14), todos llevaban la misma dirección, que no era otra que el Muro
de las Lamentaciones (foto 15). Este nombre se lo pusieron los cristianos al ver
como lloraban aquí los judíos por la destrucción de su templo. y es que en la
religión judía el único lugar santo puede ser un Templo, pero a pesar que este
no existe desde el 70 d.C. los judíos continuaron rezando y reuniéndose en la
explanada de la roca, hasta que los árabes la declararon sagrada para los
musulmanes y levantaron la cúpula, desde entonces no les quedó más que ese resto
de muro debajo de ella que constituye su lazo con el pasado.
Rezan separados (foto 16), mujeres a la derecha (fotos 17 y 18), hombres a la
izquierda (fotos 19 a 21). Este Muro lo construyó Herodes el Grande en el año 20
a.C para afianzar la explanada del Templo y continúan bajo la ciudad siendo
algunas de sus zonas también acondicionadas para los rezos (foto 22). En lo
huecos de los muros dejan papelitos con sus deseos y pedidos (foto 23), yo
también lo hice (foto 24)...