Y un día, nuestro patio amaneció blanco, nuestras bicis
cubiertas por un palmo de nieve (foto 1). Nuestro coche, no corrió mejor suerte,
y era difícil de encontrar sepultado bajo un manto blanco (foto 2), había
llegado el invierno a Berlín, y lo mejor era olvidarse de los medios de
transporte convencionales, ahora lo más práctico para desplazarse era el trineo
(foto 3).
Pero que toda la ciudad esté bajo la nieve, no significa para nada que debamos
quedarnos en casa castigados por el frío, a los parquecitos para niños por
ejemplo se puede ir igual, y se pueden usar para trinear (foto 4), o para
tirarse bolas de nieve. o para disfrutar de ese nuevo elemento (foto 5). Y ya
puestos en hacer bolas de nieve, porqué no hacer una gran bola de nieve, una
grande de verdad, la más grande que hayáis visto, más grande que los peques
(foto 6), o incluso que yo (foto 7), en cualquier caso se puede disfrutar de
Berlín, incluso en invierno (foto 8)...