El castillo igual que la poblacion de Holloko, se encuentran en un marco natural privilegiado en los montes Cserhat. Conserva su
imagen original, por lo que es la única aldea de Hungría que desde 1987, junto con su entorno natural y las costumbres
folclóricas,
forma parte del Patrimonio Mundial del UNESCO.
Fue una gozada ahora en tiempos de pandemia visitarlo, ya que no
había las hordas de turistas, que parece que siempre hay.
Los visitantes pueden admirar en el casco antiguo las obras maestras de la arquitectura popular, las casas típicas blancas de
los campesinos ”paloc” con su zaugan, sus balaustrada de madera, sus
adornos, etc. Ahora la mayorías de las casas se han convertido
para el turista en tiendas y restaurantes, los cuales lucen
impecablemente cuidados.
Su templo pequeño católico, cubierta de madera (chillas) y con torre de madera, se
había construido en 1889, y se encaja armónicamente
en el ambiente. Sus vecinos paloc, que además de su gracioso dialecto, llevan también orgullosamente su vestimenta popular ricamente
adornada. Durante las grandes fiestas tanto menores, como mayores de la aldea visten este hábito, hecho por ellos mismos, que reflejan
fielmente el estado civil de su dueño y la importancia de la
ocasión.
En definitiva un lugar increíblemente preparado para el disfrute del turista que ya a su llegada le espera un gran parking, con su
oficina de información turística, baños, y todo lo que necesite...aunque lo mejor es simplemente perderse por sus callejuelas y
disfrutar de este ambiente de pueblo en la naturaleza...