En un Hato de estas dimensiones donde las cabezas de ganado se
cuentan por miles, hay trabajo, mucho y muchos todo el día, y lo podremos
observar con tranquilidad y libertad. Frente al alojamiento principal, están los
establos, y desde muy temprano hay actividad, los caballos salvajes son llevados
a los pastos a la manera tradicional, o sea a lazo y en manada (fotos 1 y 2).
Al frente, cruzando la pista de aterrizaje de avionetas, se encuentran los
establos de ganado (foto 3), allí observamos todo el proceso de vacunación y
marcaje de las reses con hierros al rojo vivo (fotos 4 y 5), el hierro del Hato
Piñero es el dibujo de una mariposa (foto 6).
Si continuáis husmeando por las diferentes granjas que existen, veréis desde
pollitos hasta una gran mamá cerda con su numerosa camada (foto 7),
definitivamente un lugar instructivo para llevar a los niños.
Hay muchas más dependencias como una zona para el estudio y la investigación
donde se alojan desde naturalistas hasta universitarios, o muchos más trabajos
como el de los vigilantes armados con rifles (foto 8) que protegen el Hato de
los cazadores furtivos...