Regresamos a Caracas de nuestro viaje por Mérida, pero antes ya
que estamos en estas tierras de los Llanos, vamos a pasar unos días en uno de
los más grandes y conocidos refugios de fauna en el mundo: El Hato Piñero todo
un ejemplo de conservación de la naturaleza. Es el primer refugio privado de
vida silvestre en Venezuela, y uno de los mayores de Sudamérica.
Lo podemos decir en cifras: 80.000 hectáreas de terreno, 510 especies animales,
342 son aves, 50 mamíferos, 42 reptiles y 14 de anfibios, además se puede
observar el día a día de la vida llanera, los trabajos de ganadería, vamos un
lugar imperdible para los amantes de la naturaleza y la vida salvaje ,
fotógrafos, observadores de aves, etc....
En el encontramos multitud de ecosistemas, y una abundante biodiversidad, así
que ver venados, chigüires, aves, caimanes, y hasta tigres. o jaguares no es
difícil, pero sobre todo con la seguridad de verlos de cerca, ya que como aquí
el hombre no los ha perseguido ni amenazado por más de 40 años, no le temen y es
un animal más.
Pero lo mejor es que está preparado para recibir turismo ecológico, alojándote
en unas preciosas casas rústico-coloniales con todas las comodidades: rica
cocina criolla, y buena atención destacando los paseos de observación de
animales con naturalistas expertos.
Se encuentra en el estado Cojedes. y os aseguro que no hay lugar más tranquilo
que este (foto 1), veréis innumerables rebaños de ganado (foto 2). Ya en la
entrada del parque os advierten que es un refugio de jaguares en libertad (foto
3). Desde la entrada hasta los alojamientos se tarda un buen rato, la finca es
interminable (foto 4), pero el paisaje no cansa ya que es emocionante ver tantas
y tantas especies de animales en completa libertad.
La hacienda es hermosa (foto 5), rodeada de mangos que le dan sombra y atraen
con su fruta innumerables animales: monos, iguanas, guacamayas, etc...
Ya desde su porche de entrada se respira comodidad (foto 6), y la verdad es que
no os faltará de nada y os podréis perder por sus pasillos (foto 7) observando y
disfrutando de su antiguo mobiliario, cuadros con láminas de animales, o pasar
las horas en su salón (foto 8) con sus películas, libros y revistas de ecología,
disfrutando de su bar con barra libre...