Los días que pasamos en Baviera, moviéndonos entre Oberammergau y Garmisch,
pasamos varias veces por la población de Ettal, y atravesándola (foto 1), es
totalmente imposible no percatarse de la tremenda abadía benedictina que aquí se
encuentra, así que al final me pasé a verla. Una vez se cruzan los muros
exteriores, los ruidos y los autos quedan atrás (foto 2), y ya solo paz y
tranquilidad se respira aquí (foto 3).
La veneración de una estatua de la Virgen, atribuida a Giovanni Pisano, y el
florecimiento de la vida monacal, explican las grandiosas dimensiones de la
abadía, fundada en 1330 por el emperador Luis el Bávaro.
La primitiva iglesia colegial, era una construcción gótica de planta poligonal
única en Alemania, y la edificación actual se debe a los arquitectos barrocos
Enrico Zucalli y Joseph Schmucer quienes la reconstruyeron después de un
incendio que la devastó en 1744. Hoy todo el conjunto arquitectónico es una obra
maestra del rococó.
Una vez dentro y cruzando una austera puerta (foto 4), accedemos a la sala
principal con su cúpula y los frescos que la decoran, uno no se lo espera y todo
es muy espectacular, pareciera que entramos en un palacio: cuadros (foto 5),
lámparas (foto 6), el altar (foto 7), o el órgano (foto 8), todo es muy
espectacular...