Las Murallas y el Hipódromo de Estambul. Turquía

Abril 2004

Comenzamos un viaje a uno de los países menos conocidos y visitados del mundo, Kirguizstan. Incluso el  propio Lennin lo dejo a un lado de sus planes por considerarlo demasiado lejano y primitivo. Hoy en día continua igual, olvidado, primitivo y sobre todo lejano.
Dos únicas formas de llegar desde Bulgaria, ambas complicadas, la primera vía Moscú con Aeroflot, esta te la hacen desestimar los propios rusos por complicada, ya que se necesita un visado para hacer el tránsito en el mismo aeropuerto al tener separadas las terminales de Asia y Europa, y ese visado es prácticamente imposible de obtener para un viajero independiente (billete cerrado comprado por adelantado, hoteles en los que te vas a alojar ya pagados y confirmados durante toda tu estancia, fechas y horas de tus movimientos, cartas de recomendación de algún conocido ruso, etc,)...increíble...
La segunda con la Turkish vía Estambul y con una escala de nada menos que 20 horas, además llegando a Biskek a las 2 de la madrugada hora local más el desfase horario, adiós al ritmo de sueño de Ana Sofía, pobrecita siempre sonriendo,!!!Vaya papis le han tocado!!!
Elegimos la segunda, tengo que decir que el billete no es muy caro e incluye los traslados y un hotel de 5 estrellas en Estambul, ciudad que ya hemos visitado en otras ocasiones, pero en la que no es difícil encontrar cosas nuevas por visitar.
Esta vez recorrimos las murallas exteriores de la ciudad, en pié desde la Edad Media, las cuales tienen varias puertas y torres totalmente restauradas (foto 1 Puerta de Topkapi), y otros tramos en peor estado (fotos 2 y 3), en cualquier caso hay que decir que no están restauradas de una manera fidedigna a las originales, sino de la manera que les hubiera gustado a los turcos que fueran sus murallas defensivas...
Luego visitamos el Hipódromo, que durante 1000 años constituyó el centro de la vida de los bizantinos, y fue escenario de innumerables dramas políticos y militares, ya que un emperador podía perder el trono a consecuencia de una revuelta causada por el resultado de la competición. Pero a la vez estos mismos sultanes competían en embellecerlo más que su antecesor. A pesar de los muchos saqueos que ha sufrido la ciudad, aun quedan en pié en el Hipódromo, la fuente que el Kaiser Guillermo, emperador de Alemania regaló a la ciudad en 1901, y el imponente Obelisco de Teodosio (foto 4), tallado en Egipto en el 1500 antes de Cristo, y traído a Constantinopla en el 390 después de Cristo, hoy en día, resplandece como cuando hace 3500 años fue tallado en roca viva en Egipto.
Aparte de otros obeliscos más toscos, hay una extraña columna en espiral que emerge del suelo (foto 5), y que en el pasado era mucho más alta y coronada por tres cabezas de serpiente, esta se erguía en el templo de Apolo en Delfos hasta que Constantino el grande la hizo trasladar a su nueva capital en el 330 d. de Cristo...