Desde el Monasterio de Studenica y nuestra próxima parada el Parque Nacional Durmitor
ya en Montenegro, la guía de carreteras marca carreteras secundarias, pero ni lo
intentéis, no es que la carretera sea mala, simplemente es que no existe, y al kilómetro de
salir del Monasterio te ves haciendo todo-terreno por unas pistas de tierra absolutamente
infernales e interminables, ya que no se avanza prácticamente nada por en medio de los
frondosos bosques serbios.(foto 1)
Todo cambia al cruzar la frontera de Montenegro, y eso que la topografía del país es
realmente difícil, pero con buenas indicaciones y algo de asfalto bajo las ruedas llegamos
al Parque Durmitor (foto 2), un paraíso de frescura y verdor, además de base para
esquiadores y escaladores.
La entrada al parque es por Zabljak, la localidad más alta de Montenegro, y de la
antigua Yugoslavia. Aquí entre gigantescos y espesos bosques de coníferas, aun viven osos
y lobos, y sus montañas de roca caliza y origen glacial son ideales para excursiones, la
más popular además de estimulante por la posibilidad de bañarse en sus aguas es al Lago
Negro (fotos 3,4 y 5), muy bien accesible a unos 3km de Zabljak, y sólo debiendo andar el
último kilómetro...