Algunos de los últimos indios
caribes, a los que esta región debe su nombre, viven en la costa oriental de
Dominica. Guerreros orgullosos que antes dominaban el Caribe oriental, se vieron
forzados, tras la guerra de desgaste que los enfrentó con los colonos europeos
durante el siglo XVIII y los redujo a unos pocos centenares, a refugiarse en las
zonas más remotas de Dominica, donde ahora viven olvidados. Se decía que eran
caníbales, pero simplemente fue una mentira propagada por los europeos, para
justificar su genocidio. Aunque ya no quedan caribes puros, y su lengua se ha
perdido, aun conservan el cabello sedoso de un color negro-azulado.
Hoy los descendientes de los caribes, viven como cualquier otro antillano, y os
muestro una serie de rostros dominicanos que fui fotografiando durante nuestra
visita a la isla: En la (foto 1), el grupo musical que amenizaba el desembarco
de los turistas. Recorriendo las calles de Roseau fotografié a este zapatero
callejero (foto 2). El siguiente dominicano que os muestro (foto 3), fue el
chofer que nos paseo por la isla, simpático, culto y hablando dos idiomas se
puede dedicar al turismo. Durante nuestro recorrido por las carreteras
dominicanas veréis pequeños puestecitos de abastos y frutas atendidos por
pequeños comerciantes (foto 4). Fuera de la ciudad, la gente es tranquila y
amable y se prestó sin problemas para las fotos: un hombre (foto 5), un niño
(foto 6), una niña (foto 7), y hasta un bebé (foto 8)...