La hermana de Heike nos visita para conocer al pequeño Marco, y aprovechando
que nos dejan un apartamento en la playa de Cata de la
que ya os he hablado,
nos vamos a pasar unos días playero-familiares. No tenemos mucha suerte, y los
días que pasamos allí sopla mucho, mucho viento ya de buena mañana, lo cual es
realmente incómodo con un bebé. Así que nos vamos a visitar otras playas de la
zona con la esperanza de que estén más resguardadas.
La playa más famosa en la zona es Cuyagua (foto 1). El venezolano que se precie
de ser surfista y no conozca Cuyagua, simplemente no es surfista. Pero no
solo los surfistas llenan esta playa los fines de semana, aquí la "rumba" está
asegurada, con cientos de jóvenes acampados a todo lo largo de la playa, y
decenas y decenas de vehículos todo-terreno con sus bocinas sonando a todo
volumen, disfrutan de este lugar.
Sin embargo, las imágenes que yo os muestro son de una Cuyagua inédita, porque
están tomadas entre semana y fuera de temporada de vacaciones, así que no había
nadie, toda la inmensa playa para nosotros (foto 2). Desgraciadamente, también
para nosotros todo el viento, que sopla igual de fuerte en toda la costa, por lo
que no nos podemos ni acercar con Marco a la orilla (foto 3).
Afortunadamente, Cuyagua cuenta con un precioso y limpio río que desemboca en la
misma playa, así que lo remontamos unos centenares de metros para alejarnos de
la brisa marina, y ya protegidos por la tremenda vegetación del lugar, el viento
no llega, y allí montamos nuestro pic-nic, y pasamos el día de lo más tranquilo
y paradisíaco (fotos 3 a 6)...