Dejamos los petroglifos, y continuamos nuestro descenso a la Playa, que ya se
ve en la lejanía (foto 1). Nuestro destino era de nuevo Puerto Maya, y de nuevo
lo tenemos que posponerlo para otra ocasión, de nuevo por una cuestión de
tiempo, así que llegaremos solo hasta la Playa de Puerto Cruz, que desde arriba
se ve muy hermosa (foto 2).
Para llegar a la playa hay que cruzar la población, y la verdad es que se ve
triste y abandonada (foto 3). Ya en la playa unos grandes carteles de
restaurantes nos animan, ya que venimos hambrientos. No tienen mucha variedad,
pero si pescado fresco.
Y de allí a la playa, de nuevo podemos elegir entre agua dulce por la
desembocadura de un río, o bañarnos en el mar. Ana Sofía no parece tener
problemas para encontrar amigos con los que jugar (foto 5). Y la playa en si, es
una tranquilidad, con un ambiente muy marinero ( foto 6)...