Todo el mundo ha visto o ha oído hablar alguna vez del "cristal de bohemia", y
ahora que nos encontramos en esta región checa era una buena oportunidad de
visitar alguna fábrica y disfrutar de ver como los artesanos hacen su trabajo
con el cristal fundido, una tradición que aquí se remonta al siglo XIII.
Poco ha cambiado la forma de trabajar el cristal, aunque los modernos hornos
facilitan la tarea (foto 1), se sigue necesitando la habilidad y creatividad del
artista (foto 2).
Yo ya he visto algunas fábricas de cristal, pero esta se lleva realmente el
premio, resulta que han montado un restaurante en plena fábrica (foto 3), y
mientras disfrutas de algún plato típico de la región, puedes observar como
trabajan el vidrio (fotos 4 y 5).
Aquí todo gira alrededor del cristal, y hasta los baños están cristalmente
creados y decorados (foto 6).
En el restaurante todo es de cristal de bohemia, desde los pequeños floreros de
las mesas, hasta las lámparas, y lógicamente cuentan con una exposición de
piezas creadas por los artesanos de esta fábrica, que han sido premiadas, y
están expuestas (fotos 7 y 8), también hay un pequeño museo.
Si hay lugares que se pueden visitar y no cansan nada, este es uno de ellos,
totalmente relajado, tranquilo, y el menú del restaurante, es de calidad y a muy
muy buen precio, totalmente recomendada la visita...