Saliendo en Kebili en dirección al oasis de Tozeur nos
encontramos con la mayor de una serie de cuencas saladas que la mayoría se
encuentran bajo el nivel del mar, es el "Chott el Jerid" (Chott en árabe es lago
salado). Tiene 5000 kilómetros cuadrados de superficie, y unos 90 kilómetros de
largo que se recorren con una buena carretera (foto 1). El paisaje no puede ser
más desolado (fotos 2 a 4), contrastando enormemente con el oasis de donde
venimos, y al que nos dirigimos en Tozeur.
El clima aquí es extremadamente seco, y el calor provoca que podamos ver los
famosos espejismos del desierto. Aunque agua en realidad si hay, pero es salada,
y se aprecia sobre todo en las orillas, y en las zonas secas (fotos 5 a 12).
La vida y la actividad aquí es prácticamente nula, reduciéndose a un par de
puestos de vendedores de Rosas del desierto (foto 13), y algunas pequeñas
extracciones industriales de sal (foto 14).
Así que aparte de pasear por el seco lago salado, tomar el sol hasta que te
duela la cabeza o sacar fotos a los cristales de sal, poco más podemos hacer
aquí. Sin embargo a falta de "naturaleza" que fotografiar, lo más "curioso" que
encontramos a lo largo del Chott, fue una serie de "baños", en los que a pesar
de no diferenciarse en nada los unos de los otros, si se esforzaban por marcar
la categoría de cada uno de ellos, y así los había "normales", "confort" o "de
lux" (fotos 15 a 18), nosotros nos aguantamos...