Catemaco. México

Marzo 2000

Nos habían hablado mucho y bien de Catemaco en Veracruz, una laguna estupenda, salvaje y sin nadie que no fueran arañas o changos (monos), perfecta para acampar.
Nos llevamos una desagradable sorpresa al llegar ya entrada la noche, y encontrarnos un poblado bastante feo, una laguna sucia y decenas de hoteles que para esta ocasión no necesitábamos. Como ya era tarde nos alojamos en uno, resultó ser lo mejor de Catemaco, bueno su alberca, con una bonita vista sobre el lago.(foto 1).
Resultó que esos días tenían su reunión anual brujos de todo el país, e incluso de otros países, por lo que el público asistente al evento pudo hacerse limpias para quitarse de encima sus malas vibraciones, o consultar su horóscopo, tarot, líneas de las manos, etc. Nosotros entramos en casa de uno, para preguntar sus habilidades y precios, y la verdad es que este no ofrecía ninguna apariencia de brujo, vestido con su playera "Pokemon", y el único título que lo acreditaba como brujo, y que tenía bien visible a la entrada de su casa, era un agradecimiento del ayuntamiento de Catemaco, por su participación en la reunión de brujos del año pasado.
Tanto insistieron, que al final nos convencieron de hacer el gran tour por la Laguna, (sin duda el más horrible que ninguno de nosotros haya hecho jamás), primero salíamos bordeando el lago, y nos iban diciendo el nombre de las diferentes playitas que veíamos, pero sin darnos posibilidad de bajarnos a darnos un bañito, por fin llegamos a la Isla de los Changos, se ve que la Universidad de México, soltó unos monos para estudiar su comportamiento, y estos, se adaptaron y reprodujeron asombrosamente. Por supuesto tampoco nos dejaron bajar, máximo tirarles algunos plátanos desde la barca. (foto 2). También pasamos cerca de una reserva natural llamada Nanciyaga, cuando nos dijo el nombre, nos acordamos que era aquí donde venían de vacaciones nuestros amigos y no al pueblo de Catemaco en sí. Pudimos ver (siempre desde la barca), algunas cabañas para turistas con hamacas, seguro que aquí hubiéramos estado mejor que en el pueblo de los brujos...
De todas maneras si valió la pena pasar por Catemaco para admirar el las fantásticas cataratas del Epiyatla, muy impresionantes de verdad.