Desde los Osos se cruza el puente sobre el río Nydegg (foto 1), y ya nos
encontramos en el casco histórico de la ciudad de Berna, aunque es invierno hace
un día espléndido por lo que es muy agradable pasear, pero si hiciera mal día,
tampoco sería un gran problema incluso con lluvia, y es que gran parte de las
calles principales se caracterizan por tener unos robustos soportales (foto 2),
por donde circular y dedicarte a mirar escaparates sin estar expuesto a los
elementos. Parece que mirar tiendas es de lo más popular, y están abiertas
incluso en domingo. Hay de todo tipo, algunas curiosas como estas que son
subterráneas, y que se accede desde la calle a su interior (foto 3),
generalmente son de artesanías, libros antiguos, etc.
Deambulando por su centro veréis mercados de flores (foto 4), se puede hacer un
alto en una de las heladerías que aunque parecen que están al aire libre, les da
el sol pero tienen cristaleras que las cubren y se está calentito dentro (foto
5). También se puede ir a la caza de las cosas típicas, hay tiendas solo de
chocolates, quesos (foto 6), navajas suizas, vamos, traerse algo típico suizo no
es un gran problema desde la capital de Suiza, Berna declarada patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO por este precioso casco antiguo medieval...